lunes, 4 de enero de 2010

Lectura de "Una Navidad sin igual" de Alejandro Reyes Albillar

Una Navidad sin igual

Érase una vez un niño llamado Ismael que vivía con sus padres en un pueblo llamado Villa Verdosa. En ese pueblo habitaban muy pocas familias, una de ellas era la de Ismael, que se había trasladado allí hacía poco tiempo.
Villa Verdosa era un pueblo que tomaba su nombre gracias a los patios ajardinados y los prados cercanos. Estaba a media hora de su antigua ciudad, y sus padres se habían trasladado allí para ganar en calidad de vida y huyendo del bullicio y ajetreo de la ciudad.
Ismael era un niño de nueve años, alto para su edad, rubio, de ojos claros y voz armoniosa.
Él era un niño bueno y creyente tanto en Dios como en Papa Noel, al cual le escribió la Carta de Navidad y después se la envió por correo dos meses antes de Navidad para que la recibiera a tiempo.
Había conseguido aprobar el curso y esperaba pasar las vacaciones junto a todos sus amigos de la escuela, aunque él no sabía que sus padres, pasado el verano, se cambiarían a ese pueblo y dejaría atrás a todos sus amigos. El cambio fue más duro de lo que esperaba ya que echaba de menos tanto a sus profesores como a sus amigos, eso sí, sus amigos siguieron ahí, apoyándole en todo momento tanto por teléfono como por Chat.
La entrada en el colegio nuevo no fue lo que él esperaba, ya que él era un niño muy pacífico y otros alumnos siempre se metían con él, cosa que ninguna persona debería hacer ya que eso no está bien.
A una semana de Navidad su familia ya había puesto tanto el Árbol de Navidad como el Belén.
Sus ojos claros, llenos de amor y amistad, hacían que cualquier persona se olvidara de sus malos pensamientos para poder centrarse completamente en la amistad, el amor y otros sentimientos importantes que predominan en la Navidad. Estos sentimientos son los que completan la personalidad de este chico.
La noche antes de Navidad se acostó más temprano de lo habitual para que cuando llegar Papá Noel no lo pillara despierto.
Pero aquella noche, por haberse dormido demasiado temprano, se levantó muy pronto. Fue a mirar debajo del Árbol de Navidad pero no habían regalos y después fue a la cocina y vio que eran las doce de la noche, entonces, oyó un ruido proveniente del salón, específicamente de la chimenea, por la que Papá Noel había entrado.
Él se escondió tras la cortina de la ventana del salón aunque no evitó que Papá Noel le viera, y le preguntó:
- ¿Qué haces despierto a estas horas Ismael?
El niño se quedó de piedra y, tartamudeando le respondió:
- Es que me he ido a dormir muy pronto y me he despertado antes de lo previsto.
El hombre entendió lo que el niño le explicaba ya que le había ocurrido una vez hace muchos años.
El hombre viendo que Ismael no podía irse a dormir con la imagen de Papá Noel rondándole todo el rato por la mente, le invitó a ir con él a repartir los regalos.
Repartieron todos los regalos por todo el mundo, y el último regalo, que era el suyo, se lo dio después, cuando acabó aquel magnífico viaje.
El niño le dijo a Papá Noel:
- Gracias, lo ha pasado muy bien, pero mis amigos no me creerán si no les llevo una prueba de que en verdad existes, porque ellos no creen en tu existencia y me gustaría saber si me podrías dar alguna cosa como prueba antes de que te vayas al Polo Norte.
Papá Noel se planteó la pregunta de Ismael y entonces cogió uno de los cascabeles de los renos y se lo dio a nuestro pequeño protagonista.
Aquel día, junto a su familia, abrió sus regalos de Navidad y en uno de ellos había una nota y un gorro rojo. La nota decía lo siguiente:
"Ismael, no por ver las cosas hay que creer en su existencia sino que a veces hay que creer en las cosas o en las personas para poder verlas o dar ánimo a las personas a las que más amas o quieres con todo tu corazón.
Por eso mismo te envío el gorro para que siempre recuerdes aquel momento de felicidad que pasamos tú y yo recorriendo el cielo y repartiendo los regalos a los niños de todo el mundo.
Papa Noel.
P.D.: No te olvides de probarte el gorro y hacer sonar el cascabel, así los de alrededor tuyo verán que es cierto lo que les dices.
Aquella noche de Navidad Ismael vivió la mejor aventura que un niño puede vivir. Y fue, para él. una Navidad sin igual.
© 2009. Alejandro Reyes Albillar
Curso: Segundo de ESO. IES Valle de Elda

1 comentario:

Alejandro Reyes dijo...

Quien diría que encontraría tras tantos años este relato en internet, ahora lo vuelvo a leer y siento vergüenza e intriga al ver como refleja mis sentimientos de aquella época y ls multiples referencias a la película polar express xD.
Ha sido una gran alegria poder recordar esos años de incertidumbre tras lamudanza y el duroproceso que conllevó pero al fin puedo decir que mi vida no puede ir mejor, aunque se podrían haber molestado en corregir algun error de ortografía ¿no? :D

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